En una de las entradas del blog: «El fascinante mundo de las gemas», hablamos un poco de este misterioso universo sin poder profundizar como a mí me gustaría. A lo largo de algunas entradas intentaremos adentrarnos más.
Desde la antigüedad, las gemas fascinan a mujeres y a hombres por su belleza y valor. Pero además de objetos de deseo, las piedras también son una fuente natural de energía mucho más potente que la belleza que emana.
Existen muchas leyendas sobre el poder de los cristales, como los atribuidos a Atlántida, a pueblos como los egipcios, vikingos, mayas y muchos otros, que las utilizaban como un talismán de protección o como un remedio para la cura.
Poderosos, los cristales pueden atraer la prosperidad, el amor y la amistad, mejorar la calidad de vida, promover la meditación, alinear los chakras y contribuir a la toma de decisiones. «La energía del cristal purifica la atmósfera y el aura, proporciona protección, irradia buenas vibraciones y proporciona equilibrio y la curación física, emocional o espiritual» dice Rachel Flota, terapeuta, formada en medicina natural y terapias indígenas.
La capacidad de los cristales para enfocar la energía significa que pueden ser usados para conducirla a un punto del cuerpo o uno bloqueo emocional. Para que el cristal haga su “magia” es de suma importancia limpiarlo, energízalo y programarlo para el fin deseado.
Muchos cristales tales como la Turmalina negra o la Amazonita tienen una estructura que absorbe energía. Esto significa que el cristal lleva a cabo y neutraliza la energía electromagnética dañina, tales como el pensamiento negativo o malicioso. Así, además de programar y utilizar los cristales de manera correcta es esencial limpiarlos y purificarlos con regularidad, de lo contrario, se cargan y dejan de trabajar.
En la próxima entrada hablaremos de cómo elegir su piedra, como limpiarla, como utilizarla y un listado de piedras y sus aplicaciones.
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